Página principal

14.4.11

Coisas boas que até nos fazem esquecer as alergias


Aqui está uma que vale por muitas.

Cartas de despedida

Essas, como esta, não sei porquê, nunca são ridículas.

3.4.11

re-cover


Há mais aqui.

Com umas quantas letrinhas apenas

Soube agora que, sem saber, ando há anos a contribuir para tornar inteligíveis textos ilegíveis por máquinas, ressuscitando-os e dando-lhes mais sentido. Eu bem suspeitava que muitas das ditas palavras eram mesmo palavras.
Fico naturalmente satisfeita por saber que enquanto combato spam provando a minha humanidade estou também a contribuir para uma causa. Mas é uma boa causa? E porque não soubemos disto antes?

2.4.11

Cantinho de mim mesma

A Antonia Eiriz

Felices los normales, esos seres extraños.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.


Roberto Fernández Retamar

1.4.11

As linhas com que as histórias se cosem

Derek Sivers esteve numa palestra de Kurt Vonnegut e trouxe de lá uns belos apontamentos.
Ora espreitemos.





PS: Não sei quanto a si, leitor desse lado do espelho luminoso, mas cá a minha vida real não é nada como a da figura de baixo - é mais como a de cima (acho que porque lhe presto atenção). Ou quando muito seria como a de baixo, mas vista ao longe, porque o meu dia-a-dia é de Cinderela.